viernes, 26 de diciembre de 2008

TRAVER GRIÑÓ.



Si bien su vocación acuarelística fue relativamente tardía no lo fue su actividad plástica ya que, desde muy joven, se dedicó a la talla de madera, al diseño, al dibujo publicitario y a la ilustración gráfica, con labores que le contrataron las más prestigiosas editoriales españolas (Valenciana, Subirats, Bruguera...) y que conocieron la exportación a todo el mundo, sobre todo cuando ilustró libros con los personajes de los dibujos animados de la filmográfica Warner.
Allá por los años 50, realizó algunas cosas para la Editorial Valenciana relacionadas con la segunda guerra mundial y también con la trama amorosa, pero no en clave de humor sino recurriendo al dibujo serio; en esa época firmó como Daniel Aparici. Pasado el tiempo, a finales de los 60, diÓ un importante paso incorporando sus creaciones a revistas como DDT, Pulgarcito, Din-Dan, Tío Vivo y otras publicaciones de la Editorial Bruguera en las que diÓ vida a personajes como Batistet y Olegario asistentes sanitarios, El Tonto del pueblo, El Extraterrestre 1x2, Sam Bory y Telesforo buscadores de oro, Plácido etc. utilizando para ellos el seudónimo State Keto. De la mano de dicha editorial, se puso en contacto con la norteamericana Warner BROS para la que dibujó El Gordo y el Flaco, El Correcaminos, Porky, El león Melquíades, Sam, Bugs Bunny… De igual manera ha dibujado en prensa (en Mediterráneo y otros periódicos). Fue ilustrador de Hostal Lolita, la novela ganadora del I premio Armengot. Asimismo dibujó para la revista El Cochinillo Feroz y durante un tiempo, en el diario Marca en donde tuvo problemas por una caricatura que dedicó al entonces príncipe Juan Carlos que acudió a las Olimpiadas de 1972 -en aquella ocasión para disimular firmó como Danielo-, pero no con las autoridades ni con la Casa Real, sino con los propios responsables del periódico. En su día editó el libro “La historia de Castellón a través del humor” y también le fue publicado su cuento “El mon de mite".


En 1973 llevó a cabo su primera exposición, en la castellonense galería Porcar, firmando sus obras con sus apellidos maternos Traver Griñó que ocultaron para el arte, su verdadera onomástica (Daniel Aparici Traver). En la muestra ensayó un procedimiento matérico de su invención, de rico colorido y acentuada textura que alcanzó notoriedad. Pero al año siguiente expone sus primeras acuarelas que definieron ya su procedimiento a seguir.
La aceptación de su obra por el público supuso su consagración que le llevó en una década a realizar seis exposiciones en Castelló (salas Aryce, Torreón Bernad, Artex, y Derenzi), una en el Museo de arte Contemporáneo de Villafamés, tres en Barcelona (Grifé & Escoda y Maite Muñoz) y dos en Valencia (San Vicente y Sorolla).
La segunda mitad de la década de los ochenta supone su consagración como acuarelista, al vencer en una serie de concursos nacionales e internacionales. Así consigue la mención de honor en la II Bienal Internacional de la Acuarela en Barcelona, en 1986, hecho que le supuso el reconocimiento de los miembros de la Asociación de Acuarelistas de Cataluña, en la cual se integró; la mención de honor en el III Certamen Nacional de Acuarela José Segrelles de Albaida (1988) y el segundo premio en el Certamen Internacional de dibujo Rafael de Penagos (1987) en el que venciera Revello de Toro y los premios Martínez Lozano, con un paisaje, en 1989 y Carmen Barrios de Sayol, tema figura, dos años más tarde en sendas exposiciones de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña, que también seleccionarían su obra en la exposición del 130 aniversario de 1995.
En 1994 logró el segundo premio Caixa de Barcelona, en la I Bienal de Acuarela Villa de Monistrol. No obstante una grave dolencia cardiaca mermó, en el decenio de los noventa del pasado siglo sus comparecencias en las galerías nacionales por más que su obra fuera exhibida en Japón por la galería Takashimaya, participando además, en la feria internacional Art Show Jarumi de Tokio en enero de 1992.
Polifacético
Llevado de su constante inquietud, junto con su actividad plástica, de la cual es destacable el gran mural («El camino de la vida») pintado sobre una pared medianera de la plaza de Clavé, por encargo del Ayuntamiento de Castellón en 1987, hay que citar que ejerció la docencia varios años en las aulas del Ateneo. Asimismo, fiel a su afición al dibujo de historietas ilustró numerosas publicaciones editoriales, algunas con texto propio, (son destacables su Historia de Castelló en cómic y su recreación de Tombatossals sobre textos de Miquel Peris) y otras de diversos poetas y narradores castellonenses.
La Colla del Rei Barbut le otorgó el Voladoret d´Or en el primer año de su edición junto a la compositora Matilde Salvador y el poeta Miquel Peris, ambos hijos predilectos de Castelló. La universidad de Alcalá de Henares le incorporó a su cátedra de humoristas donde estaban encuadrados los más destacados especialistas del país hace una década, con los que expuso en varias muestras colectivas.

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